Iglesia parroquial de San Miguel
Las referencias de la presencia humana en el lugar se remontan a la prehistoria pero ahora nos importan sobre todo los restos de la época romana que documentamos en el propio templo parroquial de San Miguel; varias estelas funerarias del tipo Lara. El citado templo era una pequeña edificación de planta de salón, con muros de piedra sillería y cubierta de armazón de madera, parhilera. Se remata en ábside de planta cuadrangular con módulo y tripología de sillares que ponen de manifiesto que en época románica se ha reutilizado una edificación precedente modificando algunas de sus partes, elevando la altura y añadiendo un alero con canecillos románicos. Se cubre con bóveda de medio cañón apuntado. Se observa en todo el templo que se han utilizado materiales de construcciones tardorromanas o hispanovisigodas. No deja de ser indicativo que Madoz en su Diccionario, cuando habla de este templo, dice que es “de antigua construcción”, expresión que algo querrá decir porque no la utiliza ni mucho menos de forma generalizada.
Sobre el hastial se levanta la espadaña que presenta muros de piedra, dos cuerpos, el segundo con doble tronera de arco de medio punto. Al muro sur del ábside se adosa la sacristía de piedra sillería y cubierta de armazón de madera. Al muro sur de la nave se adosa una segunda edificación en la que se ubica la cilla y el atrio de acceso al templo que se alinea con la sacristía.
La forma del ábside, el tipo de sillares utilizados, lo mismo en la nave del templo, la presencia de restos de estelas romanas en los muros, además de otras encontradas en el entorno del templo, nos hacen sospechar que la actual cabecera, de formas románicas y parte de la nave, se levantan sobre una edificación anterior que debía corresponder al primer lugar de culto cristiano. La espadaña es ya de formas barrocas. A esa misma etapa constructiva debe corresponder la sacristía y la portada. Más reciente es el edificio adosado al muro sur.
La cornisa del ábside, norte y sur, se apea sobre sencillos canecillos de trazas y formas románicas. Vemos desde las formas geométricas hasta figuras humanas pasando por motivos animales como bustos de lobo, carnero, león, bóvido, etc.
La iglesia parroquial de San Miguel, advocación que delata la antigüedad, se levanta sobre un edificio precedente del que se utilizan no sólo los materiales, sino también parte del módulo constructivo, lo que nos induce a pensar que en época románica únicamente se recompone pero se mantiene en lo esencial la construcción precedente de trazas y formas tardoantiguas; se reacondiciona el ábside, se labran los canecillos y se eleva alguna hilada de altura precedente. Con posterioridad se introducen algunas reformas en la nave y se añadae la sacristía sin que ello suponga una alteración sustancial. El relieve no nos permite aproximarnos a la fecha de la obra románica, aunque muy bien pudiéramos estar en la segunda mitad del siglo XII.
El arte mueble lo integran los retablos y la pila bautismal. El primero de los retablos es una sencilla estructura de madera dorada. Es una obra que por las formas parece de mediados del siglo XVII.
El retablo número dos, inicialmente adosado al muro este del ábside, era una sencilla estructura de madera de formas clasicistas. Por las formas que presentaba nos parece que se podía datar en la primera década del siglo XVII. Destacaba el sagrario con relieve de Cristo resucitado en la puerta y dos hornacinas laterales que debieron tener las tallas de San Pedro y San Pablo.
El tercero presenta muchas similitudes con el número uno, también está enmarcado en un arco abierto en el muro, en este caso en el meridional.
La pila bautismal, similar a la de San Millán de Lara, presenta una copa de forma troncocónica invertida con decoración de acanaladuras que le dan un aspecto avenerado. Parece una obra del siglo XVII.
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